Mendian sarritan bat egiten dute biziminak eta heriotzak, batik bat muturreko egoeretan. Menditerapiaz hitz egin genuen beste post hartan, biziminez bete-betean. Eta heriotzaz, doluaz mendian, “Lehoinabarraren aztarna” dokumentalaren aipamenarekin eta “Mendiminez” liburu gomendagarriaz.

Juanjo San Sebastianek idatzitako beste liburu honetan (Desnivel, 2005) bizimina eta heriotza uztartuta datozkigu, adiskidetasuna letra larriz agertzen delarik, zehazki Juanjo eta Atxo Apellanizen artekoa, azken hau K2 tontorretik berarekin batera jaistean hil egin zena. Pasarte batzuk bereziki esanguratsuak iruditu zaizkit, hona ekarriko ditudanak jatorrizko gazteleraz:

“Once años es un plazo generoso para poder constatar la fragilidad humana. Había perdido a mi abuelo, a mi padre y a más de 10 amigos cercanos en accidentes de montaña ocurridos en ascensiones en las que yo no participaba. Había visto morir a varias personas en la montaña, pero nunca a un amigo. En 1994, por primera vez, pensé que la china le podría tocar a alguno de los amigos que iban a subir conmigo. Por primera vez, también, pensé que podía tocarme a mí”

“Concluyo que nada de esto que hacemos tiene el menor sentido. No porque muramos, sino por el dolor que podemos llegar a provocar en quienes nos quieren”

“Más que las muertes me ha impresionado el sufrimiento de los que quieren a quienes han muerto. ése siempre es impresionante, sobrecogedor, desgarrador, y parecido entre sí”

“Nunca he sentido ese ‘síndrome del miembro fantasma’ tras las amputaciones de varios dedos. No me ocurre lo mismo con Atxo, cuyo vacío puedo conservar ahora, exento de dolor. Si se pudiera inventar alguna clase de estimulador o artilugio que llenase esos huecos, no me lo pondría jamás.

Porque así puedo acariciar ahora esos espacios vacíos como antes acaricié sus relieves rellenos. La muerte, y más aún cuando sucede antes del plazo “normal”, es más desasosegante, más trágica que el agotamiento de una pasión, pero tiene en común algo tremendamente contundente: no tiene remedio”.

Mila esker Patxi liburua uztearren!